lunes, 25 de abril de 2022

Yanahuanca

 

Con organización de última hora partimos, por semana santa, hacia Yanahuanca, en el departamento de Pasco, al este de Lima y en el “corazón” del Perú. Salimos de Lima por la noche, y con una breve escala en Chancay, tomamos el desvío de la panamericana norte hacia Sayán, pasando por Churín, Oyón y así hasta llegar a nuestro destino. Imprevisto era que el tramo de la carretera entre Oyón y Yanahuanca se encontraba cerrado por deslizamiento de rocas fruto de las lluvias que aún se resistían en dejarnos, por lo que no vimos obligados a retroceder y tomar un camino de trocha que pasa por el pueblo Uchumarca, para llegar hasta Tambopampa y desde ahí seguir el camino a Yanahuanca. 

Vista de Yanahuanca


Nuestro arribo, previo registro fotográfico de vistosos campos y naturaleza en general, se dio en horas de la tarde, por lo que nos instalamos rápidamente en el hospedaje, salimos nuevamente hacia Huarautambo (guiados esta vez por Abigail) , donde se ubica aquel puente inca tan bien representado en las monedas de un sol de la serie “Riqueza y Orgullo del Perú”.

Moneda de la serie "Orgullo y Riqueza del Perú"

Visitamos también en los alrededores vestigios de otras construcciones incas y un antiguo molino colonial rodeado de flores amarillas. La vida. Ya por la noche buscamos reponer la energía con algún almuerzo-cena que en realidad no fue nada fácil hallar. Al día siguiente nos dirigimos a Goñicutac, sobre el pueblo de Rocco, donde unas nubes oscurecidas anunciaban (para mi) que la lluvia no tardaría de caer. Tras un breve ascenso entre un viento frío y pájaros cantores, llegamos al complejo arqueológico al los locales llaman “el Machu Picchu de Pasco”.
Ciudadela de Goñicutac



Honores más honores menos, el lugar compartía ese misticismo tan típico de las ciudadelas en alturas y te llevaba a imaginar como sería la vida en estos lugares, abocada al trabajo de campo rodeado de la gran naturaleza, sin celulares ni televisores. La vida. No pasó mucho tiempo para que mi creencia se materializara, la lluvia se desencadenó, por lo que tuvimos que refugiarnos en una de las “chulpas”, con el perdón de nuestros ancestros y del INC. En el descenso, ya en el pueblo de Rocco, nos encontramos con Manuel y su familia, quien en conjunto con sus vecinos nos invitaron a su conmemoración de viernes santo, donde compartieron con nosotros las comidas que habían preparado. Mucha amistad y cariño. Una vez más la vida.

Amigos en Rocco

De retorno a Yanahuanca, y con el estomago y corazón super lleno, fuimos a conocer los baños termales, donde fue cayendo la noche y su luna llena.

Un día nuevo nos trajo la despedida de tan bonito lugar. Visitamos brevemente la feria local y tras el desayuno emprendimos el camino de retorno.

Nevado de Raura
En el trayecto nos desviamos, desde Oyón, hacia el nevado de Raura, donde una caminata de un poco menos de una hora nos dejó frente a la nieve que se decía invencible, pero el hombre con su contaminación, poco a poco empieza a derrotar. En el descenso nos detuvimos en Sayán para disfrutar, como mucha gente, sus famosos alfajores, aunque no todos lo lograron.

Humedal de Chancay
Antes del regreso a la ciudad de Lima nos quedamos un día en Chancay, donde conocimos su humedal y realizamos una caminata por la orilla del mar hasta llegar a su río, entre aves y amigos. La vida.












Laguna de Patón - Camino a Yanahuanca




Camino a Tambopampa

Plaza de Yanahuanca

Camino a Huarautambo


Plaza de Huarautambo



Puente inca de Huarautambo

Sitio Arqueológico de Goñicutac



Sitio arqueológico de Goñicutac

Sitio arquelógico de Goñicutac


Aguas termales en Yanahuanca



Uchumarca


Ascenso a nevado de Raura


Nevado de Raura


Humedal de Chancay































martes, 15 de marzo de 2022

Norte Chico: más allá del paraíso

 

Mi playa favorita era “El Paraíso” (cuando era desierta, casi desconocida y sin ladrones), que está casi casi llegando a Huacho. Por lo que cada vez que he ido al norte de Lima ha sido, principalmente, para ir a esa playa. Esta vez pensamos en ver qué había un poco más allá, claro que la toma de decisión se discutió hasta el último minuto ante los no pocos testimonios de que el norte chico es muy inseguro.

Partimos por la recontra tarde para llegar a dormir a Supe Puerto (resulta que hay Supe Pueblo y Supe Puerto, o algo así). Lugar tranquilo, por tanto, con pocos servicios, pero con los suficientes para pasarla bien. 

Por la mañana visitamos el museo comunal, que es muy completo e interactivo, que nos dio la idea de hacer del viaje un recorrido más histórico que playero.  El día continuó con la visita del centro arqueológico de Áspero y el paseo por las dunas, caletas, cuevas y playas. Muchos lugares de ensueño para contemplar la maravilla de naturaleza que tenemos y que tanto valoraron las primeras civilizaciones de esta parte del mundo.  Imperdible. 

Ya en Barranca la calma quedó en el pasado, aunque lo más probable es que el desorden que sentí lo ponemos los que llegamos a visitarla. Lugar mucho más concurrido y diversos servicios.
En la mañana siguiente probamos los tan deseados tamales norteños y comprobamos el porqué de su fama. Con la felicidad nuevamente de nuestro lado nos dirigimos a Pativilca y después a Paramonga, donde “La Fortaleza” impresiona apenas se ve a lo lejos mientras se va por la carretera e impresiona aún más cuando recorres sus muros y disfrutas la vista de los alrededores. Gran potencial de este lugar, que se ve mucho mejor que hace unos años, pero aún tiene mucho trabajo por delante, ojalá que las autoridades locales y nacionales pongan más foco sobre esta zona arqueológica. 

Una vez en el límite de Lima con Ancash dimos vuelta al sur, pasando previamente por otra ciudadela, la de Vichama, y después recargar energías con el ceviche que nunca debe faltar en los viajes costeros. Con esto emprendimos el retorno a Lima, que apenas entras a Puente Piedra te recuerda lo terrible que puede ser la ciudad nuestra, tan lejana del paraíso norteño.




Áspero - Supe Puerto


Cueva en playa La Isla - Supe Puerto


Playa La Isla - Supe Puerto


Mirador El Faro - Supe Puerto



Estatua de Simón Bolivar - Pativilca


Ruinas de La Fortaleza - Paramonga


Portal en La Fortaleza - Paramonga



Replica de plazuela - Vichama




martes, 14 de septiembre de 2021

En Canta dos

 

Contábamos con algunos días libres y elegimos un lugar cercano a modo de prueba de como es “la nueva normalidad”. Canta sería el destino. Esta vez no pusimos las mochilas en nuestros hombros, sino en los de Bastardo ya que nos fuimos con él para disminuir el riesgo de contagio. Entiendo que los colectivos que suben a Canta salen principalmente alrededor de las 7 de la mañana por lo que partimos de Lima no tan temprano para no encontrar tantos autos en el camino. Nos abastecimos de algunas últimas provisiones en el trayecto y con el acelerador no tan a fondo fuimos apreciando el contraste del paisaje al ir dejando atrás ese cielo panza de burro de la capital, sin apuro y principalmente si congestión. Pasado unas horas y con pérdida de conexión de spotify de por medio llegamos al distrito de Canta.

No me había animado a ir antes ya que esta localidad es el destino más común para los limeños que quieren salir de la ciudad por lo que me decían que paraba atiborrada de visitantes. Al ser un pueblo pequeño y de calles angostas no quiero imaginar como sería con el flujo de turistas de los tiempos normales. Seguimos adelante 2 kilómetros más, al pueblo de Obrajillo, que también pertenece al distrito de Canta y fue donde finalmente nos quedamos. Probar una rica sopa de mote, paseos a caballo, caminatas menores y apreciar las estrellas de la fría noche de la sierra en compañía de un amigo canino muy cariñoso.
Al día siguiente partimos hacia las lagunas y la coordillera de La Viuda. Subimos y subimos por la carretera que danza con el río hasta  que llegamos a la Laguna de Chuchún, un poco más allá la laguna de 7 Colores (aunque las nubes no nos dejaron apreciar todas las tonalidades) y la vista de una cara de la coordillera de La Viuda. Las ganas de ir hasta Huayllay no faltaron, pero debíamos regresar a Obrajillo. Luego del paseo en bote, de enfriarnos las narices con el viento helado (¡que chéveres son las montañas!) y con el hambre como nuevo compañero emprendimos el camino de retorno a Canta.
El almuerzo/cena estuvo a la altura, sólo que el número de turistas si que era importante por lo que llevamos la comida al hospedaje, donde el campo y los truenos fungieron de salón y orquesta. Por la noche ya la cantidad de visitantes había disminuido a como el día previo. Teníamos las calles y plaza casi sólo para nosotros, dos en la ciudad. El tercer día no varió mucho a la noche anterior, por lo que al andar por la orilla del río casi no nos cruzamos con nadie. En general no encontramos mucha gente en los lugares que visitamos, que a su vez nos permitió apreciar estos sitios con su apacible encanto del que no pudimos librarnos.















sábado, 3 de agosto de 2019

Huamachuco: la independecia en La Libertad

Hace ya bastante tiempo que no escribo nada respecto a los viajes, eso no quiere decir que no haya emprendido alguna aventura en el ínterin, sólo que no se dio el tiempo o la necesidad de expresar "algo", pero ahora decidí volver a escribir, a ver como queda.

Este año, por motivo de los Juegos Panamericanos (no entiendo porque se llaman así si participa toda América, deberían llamarse Juegos Americanos; en fin) y del aniversario de la independencia del Perú, el gobierno decretó como días no laborables los comprendidos entre el 26 y el 30 de Julio ¡5 días "viajables"!. Bueno, dejamos Lima en olor a fiesta, el ambiente por los juegos era contagioso, pero el destino era Huamachuco, ubicado en la sierra de La Libertad, tierra de ilustres como el procer José Faustino Sanchez Carrión, Ciro Alegría y residencia de César Vallejo y el no menos importante Christian Cueva (quien con otros nos llevaron de vuelta a un mundial). 

Tras varias horas de cumbiero viaje, llegamos a Trujillo, donde pasaríamos la noche y emprenderíamos el asenso a Huamachuco, unas 4 horas de camino relativamente sinuoso rodeado por hermosas montañas y feos rastros de minería legal e ilegal.
Huamachuco nos recibió con su linda plaza y un sol amenazado por nubes de lluvia; a recorrer la ciudad y al sobre. Al día siguiente partimos a Yanazara, lugar con aguas termales y la cachanga de 50 centimos más rica de la vida. Tras un relajante chapuzón el siguiente destino fue la laguna de Sausacocha, con sus botes y sus restaurantes. Ya para cerrar el día nos dirigimos al complejo arquelógico de Marcahuamachuco, que por extensión y el contraste de luz por la hora me hizo recordar mucho a Sillustani, en Puno. Lo mejor vendría al día siguiente, nos dirigimos a la Laguna Cushuro, a unos 4000 msnm, cuyo camino resultó un tanto accidentado (para el vehículo) al inicio pero la compensación llegaría con la vista y unas señoras vicuñas muy fotogénicas. Ya en el lugar decidimos conquistar la cumbre de las montañas bajo la cual descansa la laguna, y tras pedir el permiso respectivo a la Pachita, un grupo de nosotros iniciamos el camino siempre hacia arriba. Horas después cumplimos el objetivo, no sin antes preguntarnos a largo de la ruta tomada por donde rayos volver, cosas de los caminantes. De vuelta a la ciudad nos encontramos con la fiesta del izamiento de la bandera en conmemoración del aniversario patrio, e incontables cajas de felicidad (cerveza) apiladas unas sobre otra. 


Ya al día siguiente emprenderíamos el retorno a Lima, no sin antes no dejar de sorprendernos por la continuación de las celebraciones y ver el corso de danzas típicas en la plaza. Llegamos a Lima muy entrada la noche, con la confirmación de que la independencia no sólo se celebra con elaborados mensajes presidenciales y "magnos" desfiles militares, pienso que celebrar al Perú es esto, conocerlo y vivirlo, y en la tierra de uno de nuestros próceres se entiende el porque de su lucha. ¡Viva el Perú!


Carretera hacia Huamachuco

Plaza de Armas

Vista desde Plaza de Agua de los Pajaritos

Plaza de Agua de los Pajaritos

Plaza de Agua de los Pajaritos

Huamachuco

Iglesia en Huamachuco 
Calle de Huamachuco



Calle de Huamachuco

Puente en Huamachuco

Mural en Colegio de Huamachuco

Baños termales de Yanazara

Laguna de Sausacocha 
Laguna de Sausacocha



Laguna de Sausacocha

Marcahuamachuco

Maracahuamachuco

Marcahuamachuco

Marcahuamachuco

Marcahuamachuco

Camino a laguna Cushuro

Laguna Cushuro

Montañas sobre laguna Cushuro